𝐀𝐅𝐓𝐄𝐑𝐋𝐈𝐅𝐄 𝐑𝐄𝐁𝐔𝐈𝐋𝐃 𝐒𝐄𝐆𝐔𝐍𝐃𝐎 𝐀𝐑𝐂𝐎 :𝐎𝐑𝐈𝐆𝐄𝐍𝐄𝐒.

AFTERLIFE: REBUILD – SEGUNDO ARCO

:mag: El pasado de Brick será revelado.

Mientras el mundo se quebraba, alguien más ya había caído hace tiempo.

El Rebuild de AFTERLIFE entra en su Segundo Arco, y esta vez, no hablaremos de Kaizen, ni de Koda, ni de Leo, ni siquiera de Tsuji.

:boom: Vamos al origen de un personaje olvidado por todos… menos por la historia:

Brick.

¿Quién era antes del impacto?

¿Qué sabía que nadie más se atrevió a decir?

¿Qué lo llevó al límite entre el deber y la traición?

En este nuevo arco, vamos a sumergirnos en su vida antes de la catástrofe.

Veremos los comienzos del mundo militar, los secretos del Goliat original y las primeras señales de lo que estaba por venir.

PRÓLOGO

AFTERLIFE: REBUILD — Segundo Arco

“El Silencio también deja cicatrices”

Año desconocido. Argentina.

(Rango estimado entre 1950 y 1990)

> “¿Te das cuenta de lo que estás firmando?”

“No. Pero lo voy a firmar igual.”

El olor a formol, sangre y pólvora nunca se va. Se queda pegado en la piel, en los poros, como una culpa que no envejece.

Antes de llamarse Brick, tuvo otro nombre. Uno que ya no figura en ningún registro.

Fue médico. Primero de la policía. Después de los militares. Y más tarde… de nadie.

En aquella época, los muertos no hablaban. Y los vivos aprendían a olvidar.

Brick entró por la puerta de una comisaría con bata blanca. Salió de un hangar con las manos manchadas de algo que no se puede lavar.

:file_folder: Clasificado.

> Participación indirecta en interrogatorios.

Firmas de certificados de defunción con causa falsificada.

Procedimientos médicos en centros clandestinos.

Él nunca disparó.

Nunca dio la orden.

Nunca se opuso, tampoco.

En los márgenes de la historia, Brick fue testigo de lo inconfesable.

Y como tantos otros, creyó que guardar silencio era una forma de sobrevivir.

Pero todo pasado mal enterrado, resucita.

Y ahora, que el mundo se desmorona, hay fantasmas del siglo XX que todavía no han sido exorcizados.

Este es uno de ellos.

El Segundo Arco ha comenzado.

Y el infierno, como siempre, empieza con un formulario firmado en una oficina gris.