Happiness in the darkness (Sizzy's OS)

Corria, por las desoladas calles de New York, sentia como mi pelo parecia bailar al compas de mis pasos, mi ropa negra me camuflaba con la noche ayudandome a buscar sin ser encontrada. Recuerdo como hacia solo unas horas estaba paseando entre las masas de gente que se amontonaban en el conocido antro "Pandemónium" buscando a esos demonios que se habian colado para, obviamente, hacer desastres.

-Izzy- escuche esa voz, que tanto me encantaba, decir mi nombre. Me giro y ahí estaba parado con sus ropas negras, que le quedabab tan bien, el ser un Nephilim le sentaba estupendamente, era el chico perfecto, el que toda chica querría tener.-Te estaba buscando, te fuiste rapido de Pandemonium y te perdi la pista.-

-Salí a tomar algo de aire.- le conteste mientras me acercaba a el y lo envolvía en un tierno abrazo el cual él correspondió al instante. Nos quedamos asi en silencio, no recuerdo si fueron minutos u horas, pero si recuerdo su atrayente aroma que me insitaba a seguir allí.- Simon...- suspiré, me encontraba exausta pero su compañía me encantaba, así que no le diría nada.

-Quieres un helado?- preguntó mientras acariciaba mi pelo, a lo que sonreí, me separe del abrazo y tomando su mano me encaminé a una de las mejores heladerías de New York.

Saliendo de esta nos encaminamos al instituto, entramos sin hacer ruidos y nos dirijimos cada uno a su cuarto. Al entrar al mio me meto en el baño a darme una ducha para sacar el edor y la sangre de demonio de mi, el agua caía por mi cuerpo exausto. Salgo de esta y me envuelvo en mi bata de baño ya que habia olvidado mi ropa fuera, en mi cuarto asi que usé eso para poder buscarla. Cuando estoy por salir se apagan las luces repentinamente, obviamente no tenia miedo pero si curiosidad de saber que habia pasado. Abrí lentamente la puerta para encontrarme con la sorpresa de que cierto ex-diurno había sido el culpable de eso. Aunque lo tierno era que mi cuarto estaba cubierto de velas aromáticas para cortar con la oscuridas

Me vió salir y se acercó lentamente hasta mí, empezando a besarme tomándome de las caderas para luego dirigirme a la cama y recostarme suavemente sobre ella. Al final no era todo tan malo, al final se podia tener un poco de felicidad entre tanta desgracia.